Tras la crisis financiera de 2008, que recortó las ventas de madera a Estados Unidos, la construcción local de viviendas se tornó en el principal sostén para las empresas del sector.
Los índices de crecimiento de la construcción en el país, que oscilaron entre el 6% y el 9% mensual en lo que va del año, reactivaron la actividad de empresas forestales y aserraderos en la Argentina, tras la crisis que se inició en 2007 y que llegó a su peor momento en 2009.
A partir del año pasado, la demanda nacional para distintos tipos de vivienda que se elaboran en seco con estructura de madera reactivó las ventas del sector, desde la madera que se produce en el país hasta la que se importa semiterminada y se termina en la Argentina, como pisos y ciertos revestimientos.
Según el titular de la Cámara de la Madera (Cadamda), hoy la reactivación se da por tres tipos de viviendas: principalmente, por la construcción de casas de alta gama –como las de la costa argentina–, las construcciones de los planes de viviendas provinciales y las casas de clase media con terminaciones en madera, como las que se encuentran en el sur del país.
Las principales productoras de madera en la Argentina son las provincias de Misiones y Corrientes. Entre ambas, concentran 800.000 de las 1,2 millones de hectáreas de bosques cultivados que hay en el país.
El 95% de la industria forestal se hace en bosques cultivados con pinos, álamos, sauces y un tipo de eucaliptus. Otras maderas, como las del lapacho, son de bosques nativos y en muchos casos provienen de Bolivia, Paraguay, Brasil y hasta de los Estados Unidos, donde no pueden ser utilizadas por la baja de la demanda.
En Entre Ríos y la región de la Patagonia norte la actividad forestal también cobra importancia y, en el caso de Buenos Aires, concentra una parte fuerte de la cadena de la madera y el mueble, según datos de Cadamda, que agrupa a 90 empresas entre forestadores, industriales de la madera, corralones e importadores.
La industria de la madera en la Argentina se desarrolló en la década del ’90, según Barros, cuando se volcaba al mercado interno. Entre el 2002 y el 2007 se amplió con la exportación, especialmente de pino, con Estados Unidos como principal destino. Pero desde 2006, las exportaciones de madera argentina tuvieron una fuerte caída, cuando pasó de exportarse por u$s 281,3 millones ese año, hasta los u$s 114,8 millones exportados en 2009.
En el caso de la madera de pino, principal producto exportación, pasó de enviarse el 60% de la producción nacional a venderse al exterior una porción que no supera el 20% en la actualidad.
Pese a la reactivación del último año por la demanda local, desde Cadamda plantean objetivos de desarrollo a largo plazo, como el mayor agregado de valor para mejorar la competitividad y estar listos para volver a los mercados de exportación. En paralelo, demanda créditos para el desarrollo de las Pymes y una mejora en la aplicación de la Ley 25.080, de promoción a proyectos foresto-industriales.
Por otro lado, a fines de agosto, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) presentó en Diputados un Diagnóstico y Perspectivas del Sector Forestal y Foresto-Industrial, con una apuesta al desarrollo de las Pymes. “Pusimos en marcha actividades que apuntan a generar una mejora continua de la competitividad de las Pymes”, aseguró el titular de Faima, Pedro Reyna, en un comunicado. Según el directivo, el sector enfrenta “la oportunidad de transformar en positivo la coyuntura de crisis internacional, reforzando la asociatividad entre el Estado, el sector privado y la comunidad científico-académica”.
A partir del año pasado, la demanda nacional para distintos tipos de vivienda que se elaboran en seco con estructura de madera reactivó las ventas del sector, desde la madera que se produce en el país hasta la que se importa semiterminada y se termina en la Argentina, como pisos y ciertos revestimientos.
Según el titular de la Cámara de la Madera (Cadamda), hoy la reactivación se da por tres tipos de viviendas: principalmente, por la construcción de casas de alta gama –como las de la costa argentina–, las construcciones de los planes de viviendas provinciales y las casas de clase media con terminaciones en madera, como las que se encuentran en el sur del país.
Las principales productoras de madera en la Argentina son las provincias de Misiones y Corrientes. Entre ambas, concentran 800.000 de las 1,2 millones de hectáreas de bosques cultivados que hay en el país.
El 95% de la industria forestal se hace en bosques cultivados con pinos, álamos, sauces y un tipo de eucaliptus. Otras maderas, como las del lapacho, son de bosques nativos y en muchos casos provienen de Bolivia, Paraguay, Brasil y hasta de los Estados Unidos, donde no pueden ser utilizadas por la baja de la demanda.
En Entre Ríos y la región de la Patagonia norte la actividad forestal también cobra importancia y, en el caso de Buenos Aires, concentra una parte fuerte de la cadena de la madera y el mueble, según datos de Cadamda, que agrupa a 90 empresas entre forestadores, industriales de la madera, corralones e importadores.
La industria de la madera en la Argentina se desarrolló en la década del ’90, según Barros, cuando se volcaba al mercado interno. Entre el 2002 y el 2007 se amplió con la exportación, especialmente de pino, con Estados Unidos como principal destino. Pero desde 2006, las exportaciones de madera argentina tuvieron una fuerte caída, cuando pasó de exportarse por u$s 281,3 millones ese año, hasta los u$s 114,8 millones exportados en 2009.
En el caso de la madera de pino, principal producto exportación, pasó de enviarse el 60% de la producción nacional a venderse al exterior una porción que no supera el 20% en la actualidad.
Pese a la reactivación del último año por la demanda local, desde Cadamda plantean objetivos de desarrollo a largo plazo, como el mayor agregado de valor para mejorar la competitividad y estar listos para volver a los mercados de exportación. En paralelo, demanda créditos para el desarrollo de las Pymes y una mejora en la aplicación de la Ley 25.080, de promoción a proyectos foresto-industriales.
Por otro lado, a fines de agosto, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) presentó en Diputados un Diagnóstico y Perspectivas del Sector Forestal y Foresto-Industrial, con una apuesta al desarrollo de las Pymes. “Pusimos en marcha actividades que apuntan a generar una mejora continua de la competitividad de las Pymes”, aseguró el titular de Faima, Pedro Reyna, en un comunicado. Según el directivo, el sector enfrenta “la oportunidad de transformar en positivo la coyuntura de crisis internacional, reforzando la asociatividad entre el Estado, el sector privado y la comunidad científico-académica”.
Fuente: El Cronista Comercial (5/9/11) por Julieta Camandone
http://www.cronista.com/contenidos/2011/09/05/noticia_0004.html